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ToggleAntes de divorciarnos, vale la pena que tengamos en cuenta una serie de consejos que nos va a venir bien aplicar de cara a esta nueva situación. A continuación, desgranamos algunas recomendaciones.
Separarse tiene menos consecuencias que divorciarse
El primer consejo, sin duda, es el más obvio: como divorciarse tiene unas consecuencias notables, pues implica que se rompe el vínculo del matrimonio, si no lo tenemos claro del todo, separarse es una opción previa e intermedia a estudiar.
Con esta alternativa, ponemos tierra de por medio respecto a nuestro cónyuge, pero no modificamos algunas de las condiciones que explicamos en las siguientes líneas.
Dos alternativas de divorcio
La que escojamos va a depender sobre todo de la capacidad de alcanzar pactos por parte de los cónyuges.
Divorcio de mutuo acuerdo
En cuanto al de mutuo acuerdo, además de que es más rápido y económico, permite introducir una mayor flexibilidad en las condiciones que van a regir los repartos patrimoniales y regímenes de visitas.
Divorcios contencioso
Por su parte, el divorcio contencioso resulta más costoso y complejo en los trámites, aparte de que se puede alargar en el tiempo y no es extraño que depare sentencias que generen disgusto.
El interés de los menores en el divorcio
Si la disolución matrimonial se produce con hijos de por medio, lo más honesto es poner los intereses de estos en primer plano. Por consiguiente, un pacto en el régimen de visitas evita los inconvenientes posteriores de una sentencia con vencedores y vencidos.
Aunque cada vez más, en función de las circunstancias laborales, se va optando por lacustodia compartida.
La liquidación del patrimonio en el divorcio
Depende de si se eligió:
- régimen de gananciales
- régimen de separación de bienes.
En este último (separación de bienes) se producen los repartos de una forma más simple. Sin embargo, el primero (régimen de gananciales) de ellos puede suponer pugnas por bienes cuya reclamación de la propiedad no esté nada clara.
En todo caso, hay que tener mucho cuidado con los movimientos extraños de patrimonio, tales como determinadas ocultaciones o donaciones, puesto que no van a contribuir favorablemente al resultado final.
Las futuras compensaciones
Una consecuencia que hemos de valorar en su justa medida es la relativa al coste futuro que va a tener un divorcio contencioso en términos de compensación al cónyuge que, en sus circunstancias económicas, vaya a salir perjudicado por la ruptura del vínculo matrimonial.
Aunque esta medida no es definitiva y está sujeta a modificaciones, conlleva que, a lo largo de un cierto periodo de tiempo, uno de los cónyuges va a tener que contribuir a sufragar los gastos en alimentos, educación o medicinas que afecten al otro.
En este sentido, aconsejamos consultar a un asesor jurídico especializado en divorcios acerca de la situación en la que queda la vivienda que se compartía.
En definitiva, valoremos estos consejos para que, si optamos por un divorcio, podamos afrontar el porvenir que genera.